Esto de la felicidad no acepta polémicas. Hay tantas
maneras de ser feliz como enfermos que no encuentran formas de ser felices. Las
mías son apenas unas sugerencias que al que suscribe le han dado bastante
resultado.
A saber; necesita hacer un inventario con
todo aquello que usted tiene (ni pensar en lo que le falta)
Pensar en todo aquello que pueda compartir
(tanto lo material como todo lo demás) Salir a caminar y buscar a quienes
necesitan tanto o más que usted esos bienes. Regalarlos en lo posible y de no
poderse, plantear un buen canje.
Buscar un papel blanco y escribir algo que
de ningún modo se pueda permitir olvidar. Visitar a alguien con quien no se vea
hace tiempo y dejarle bien claro que la distancia no siempre es olvido. Que
usted recuerda como otros buscan el olvido y que de noche duerme tranquilo pues
le consta que a nadie ha ofendido gratuitamente.
Antes de dormir revisar si algún rencor
entorpece la calidez de su almohada y darle solución lo antes posible pues los
rencores en las almohadas son mucho más peligrosos que las piedras en los
zapatos.
Si le gusta leer, lea un buen libro, si le
gusta ver la televisión intente ver algo que no lo trate como si fuera un niño
sin criterio.
Apague la luz, rece si es que rezar es lo
que calma le da...agradezca y no pida; mire que si tiene una cama, tapas y un
techo es más rico de lo que imagina.
Puede ser que al amanecer un nuevo día ya
no sienta felicidad...no se alarme; todos sabemos que este es un asunto
pasajero.
La mejor forma de recuperarla es levantarse,
volver a inventariar, compartir y agradecer, mire que es bien cierto eso de que
feliz no es el que más tiene, si no el que menos necesita.
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