Entre mis placeres culpables confieso la lectura de libros de cómic....sorprendente ¿no?; pues sí, desde siempre me llamaron la atención y ajeno a cualquier prejuicio los reconozco como obras literarias por lo que voy a comentar acerca del que hasta ahora me ha provocado más cosas. Maus del dibujante norteamericano Art Spiegelman. Es una obra desconcertarte, poco o nada tiene que ver con lo que la mayoría reconocería como un cómic.
Cuenta la historia de su padre sobreviviente del holocausto nazi a la vez que el proceso de trabajo en que se elaboró el mismo libro que estamos leyendo. Maus (ratón en alemán) es una fabula moderna, una lección de historia más humana que universal en que la obsesión nacionalista tan propia de los años de la segunda guerra es retratada mediante una visión antropomórfica de distintas etnias y nacionalidades: judíos que son ratones, alemanes que son gatos, polacos representados como cerdos, ranas en el caso de los franceses, ciervos para los suecos y perros para los estadounidenses.
La difícil relación entre padre e hijo también es un elemento para tener en cuenta. Me permito destacar que la lectura del libro es un aporte en la posibilidad de empatizar con nuestros mayores; de entender que el resumen de lo vivido nos entrega una clara radiografía de sus rabias y obsesiones. Reflexionar acerca de lo humano en momentos donde reina lo des humano y mirarnos desde el más antiguo de los recursos para no ofendernos; la fabula, para comprender que ante todas aquellas trabas que separan a unos de otros solo hay pobreza de espíritu.
La lectura nos absorbe, los personajes nos resultan familiares, la historia que sabemos real nos estremece no por su truculencia sino por su sobria veracidad, su carga emotiva que cobra mayor valor para aquellos que han vivido o viven algún tipo de represión. En este punto debo escribir que no siempre las represiones externas resultan ser las peores, puede ser también que nosotros formemos parte de situaciones de represión con nuestra inseguridad, nuestra cobardía o por el simple hecho de mentir para sobrevivir.
Maus es más real que muchas películas y documentales no obstante ser un cómic; sus personajes son tan reconocibles a pesar de ser animales como podríamos ser quienes transitan por nuestro lado. Una obra premiada por los periodistas con la distinción más grande que ellos pueden conceder un Pulitzer en 1992, un hito en la historia del cómic alternativo, un libro con tantos dibujos que nadie debiese tener ni una sola excusa como para no leer.
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