Conocida también como Nido de ratas; es una película inolvidable. Quizás se deba a la magistral interpretación de actores que están en estado de gracia gracias a un método de actuación muy en boga por aquel tiempo; aunque también puede ser porque los hechos que se retratan tienen su origen en una historia real o por último; porque parece un verdadero manifiesto de su director Elia Kazan a raíz de sus motivos para testificar contra sus propios compañeros de trabajo en los años en que en estados Unidos se buscaba identificar a los artistas con tendencias comunistas.
Terry Malloy (Marlon Brando) es un boxeador fracasado que trabaja como estibador en los puertos; oficia además de mensajero del jefe del sindicato. Sin darse cuenta y debido a sus propias inseguridades, termina más involucrado de lo imaginado en una situación más que incomoda y para aliviarse decide testificar contra sus propios compañeros. Escenas de antología que incluyen diálogos inolvidables, palizas de aquellas y sobre todo un reparto sólidamente constituido.
No hay duda que esta debe ser la película de traición por excelencia. El personaje principal, es un don nadie y más que desprecio provoca lástima, resulta mucho más valiente el personaje del párroco interpretado por Karl Manden. El tratamiento de la historia tiene mucho que ver con la situación que le tocaba vivir al director de la película y su historia nos muestra a un fracasado que no obra por maldad, más bien él se siente traicionado por el sindicato y decide declarar ante la comisión del congreso con el fin de mejorar las condiciones laborales de sus compañeros.
Lo mejor tras el final de la película es que cada uno puede hacer sus propias reflexiones de acuerdo a su propia escala de valores.
Boleto para ver la película: https://www.youtube.com/watch?v=4F06NLD6Qkk
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