
Son ambos precisos ejemplos de lo que es el arte como muestra de lo que a veces no se entiende pero se homenajea. Hay es cierto mucho en sus respectivas obras que campea en los masivos entendimientos, sin embargo la mayoría de sus palabras requieren bastantes más lecturas de las que tal vez ellos mismos imaginaron cuando todo era un comienzo.
Me parecen dos personalidades opuestas Cortázar la humildad y Parra la estrella de rock tan eterna como imponente. Sus obras; no cabe duda saben expresar por ellos más y mejor que cualquiera de sus palabras habladas. No debe ser fácil ser tan artista y a la vez tan reconocido. Por eso no me extraña en lo más mínimo el esconderse de las luces que explotan fuera de sus fronteras humanas.
Insisto que yo no tengo oficio para homenajear desde lo intelectual; lo que yo manifiesto es puro sentir...el arte es agua que fluye desde un sentir que no se define hacia otros sentimientos que andaban buscando esa frescura. Puede ser que el artista merezca el reconocimiento pero también la atención desmedida termina desvirtuando aquellos sentimientos. Que alegría inmensa para aquellos que aman, conocen y valoran las obras de ambos centenarios dioses del Olimpo literario y además qué pena por aquellos que a la fuerza por estos días se enteraron que existían estos caballeros.
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