Hace un par de años esta película desplazó a la muy conocida Jesús de Nazareth de Franco Zeffirelli como la favorita del Vaticano. Esto es decidor por muchos aspectos. El primero Pier Paolo Passolini, su director, era ateo y comunista, punto dos; las predicas y las parábolas del Jesús de esta película son abiertamente socialistas; tercero, no hay actores famosos entre los protagonistas y cuarto que no es menor, la película es muy antigua, fue filmada en blanco y negro y cuando se estrenó, al Vaticano no le gustó mucho. estos aspectos hablan a todas luces de que el tiempo no pasa en vano; un Jesús más social y menos divino es más accesible a los tiempos que corren.
Esta película tiene muchos elementos de lo que había sido el cine neorrealista italiano; actores no profesionales, un fuerte acento en lo social y un lenguaje reconocible tanto para intelectuales como para la clase trabajadora. Es una representación fiel al texto bíblico y sin embargo fresca en su puesta en escena; nunca se hace tediosa, es fascinante la actuación de las personas elegidas para representar los papeles principales y las algo más de dos horas que dura la película (poco tratándose de un film bíblico) no se nos hacen tediosas.
Passolini fue un artista sensible sobre todas las cosas; escritor por excelencia, necesitó hacer esta adaptación pues el era respetuoso de aquellos que pensaban distinto y claramente buscaba una forma de expresar aquellas necesidades espirituales que no tienen porqué ser religiosas. Buscó a sus actores entre gentes de las zonas donde filmó; estudiantes, camioneros y mujeres trabajadoras entre otros, con el fin de obtener realidad en las interpretaciones. Esto no es fácil de lograr y en esta película se nota y mucho.
Finalmente lo que se esperaba fuera una ofensa terminó siendo un trabajo sumamente respetuoso, terrenal en todos sus aspectos, Una obra maestra de un poeta y un realizador conocido principalmente por sus obras más escandalosas. Quienes se declaren creyentes o no creyentes no pierden nada con verla. No es una obra maestra, no tiene buenas actuaciones, pero el mensaje está claramente expuesto: El amor al prójimo no se expresa solo rezando.
Esta película tiene muchos elementos de lo que había sido el cine neorrealista italiano; actores no profesionales, un fuerte acento en lo social y un lenguaje reconocible tanto para intelectuales como para la clase trabajadora. Es una representación fiel al texto bíblico y sin embargo fresca en su puesta en escena; nunca se hace tediosa, es fascinante la actuación de las personas elegidas para representar los papeles principales y las algo más de dos horas que dura la película (poco tratándose de un film bíblico) no se nos hacen tediosas.
Passolini fue un artista sensible sobre todas las cosas; escritor por excelencia, necesitó hacer esta adaptación pues el era respetuoso de aquellos que pensaban distinto y claramente buscaba una forma de expresar aquellas necesidades espirituales que no tienen porqué ser religiosas. Buscó a sus actores entre gentes de las zonas donde filmó; estudiantes, camioneros y mujeres trabajadoras entre otros, con el fin de obtener realidad en las interpretaciones. Esto no es fácil de lograr y en esta película se nota y mucho.
Finalmente lo que se esperaba fuera una ofensa terminó siendo un trabajo sumamente respetuoso, terrenal en todos sus aspectos, Una obra maestra de un poeta y un realizador conocido principalmente por sus obras más escandalosas. Quienes se declaren creyentes o no creyentes no pierden nada con verla. No es una obra maestra, no tiene buenas actuaciones, pero el mensaje está claramente expuesto: El amor al prójimo no se expresa solo rezando.
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