Ineludible cita esta de cincuenta años con un gran disco que aunque no es mi favorito, es el favorito de los que entienden de música. De lo que a mí me gusta: el aporte al concepto de arte en el caso de los discos, la maravillosas Lucy in the Sky whit Diamond y A day in the life; la delirante versión reprise del tema que le da el nombre al disco.
Este es el corte definitivo entre el antes y el después de lo que la banda significaba para el mundo. Algo de razón tenían aquellos que pregonaban la muerte de la banda; la antigua; aquella que hacía y tocaba música para gente ligera al decir del mismísimo Lennon. La creación de una banda imaginaria sería mucho más que una anécdota creativa; terminó siendo un vuelco astronómico en la visión del rock. De allí que para muchos este sea uno de los mejores discos de la historia en lo que respecto a cultura de masas.
Oír el disco al día de hoy es una experiencia inolvidable; el no tener pausas entre las canciones contribuye a aquel efecto de concierto de una banda que es alter ego de Los Beatles y que finalmente adquiriría vida propia en otro proyecto muy celebre de la banda inglesa. Por estos días se ha hablado bastante del disco en los medios de comunicación y honestamente creo que no es demasiado lo que puedo aportar. Me conformo con comentar que escuchar buena música es un arte que nos trasciende, nos transporta y nos libera. Una más de mi banda favorita que jamás deja de dar de qué hablar, qué analizar y a veces hasta de qué discrepar.
Este es el corte definitivo entre el antes y el después de lo que la banda significaba para el mundo. Algo de razón tenían aquellos que pregonaban la muerte de la banda; la antigua; aquella que hacía y tocaba música para gente ligera al decir del mismísimo Lennon. La creación de una banda imaginaria sería mucho más que una anécdota creativa; terminó siendo un vuelco astronómico en la visión del rock. De allí que para muchos este sea uno de los mejores discos de la historia en lo que respecto a cultura de masas.
Oír el disco al día de hoy es una experiencia inolvidable; el no tener pausas entre las canciones contribuye a aquel efecto de concierto de una banda que es alter ego de Los Beatles y que finalmente adquiriría vida propia en otro proyecto muy celebre de la banda inglesa. Por estos días se ha hablado bastante del disco en los medios de comunicación y honestamente creo que no es demasiado lo que puedo aportar. Me conformo con comentar que escuchar buena música es un arte que nos trasciende, nos transporta y nos libera. Una más de mi banda favorita que jamás deja de dar de qué hablar, qué analizar y a veces hasta de qué discrepar.
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