Ir al contenido principal

Manuel Rojas

Manuel Rojas es, por lejos, el escritor más autentico de la literatura chilena. Por estos días me he empecinado en leer los cuatro libros en los que Aniceto Hevia es el protagonista: Hijo de ladrón (1951), Mejor que el vino (1958), Sombras contra el muro (1964) y La oscura vida radiante (1971). Con ese propósito recurrí a la edición conmemorativa de la editorial Zig-Zag, que reúne la tetralogía en un estuche con dos gruesos tomos embellecidos por un retrato pintado por Roser Bru y un muy elegante diseño interior de tapas y del estuche a cargo de Juan Neira L. Proyecto que forma parte de la fundación que lleva el nombre del escritor de reunir Las Obras Mayores.

Comenté la semana pasada la experiencia de leer Hijo de Ladrón; y en la medida en que uno avanza por la azarosa vida de este personaje casi autobiográfico, jamás recae en el desinterés. La edición, buscando una lectura mucho más ordenada para aquel propósito, sitúa la novela Mejor que el vino al final pues es la que llega más lejos en la vida de Aniceto. El viaje de oficio en oficio, de tumbo en tumbo, es desgarrador a la vez que enternece. El relato no es lineal (qué ironía, pues la edición intenta serlo); se considera a Manuel Rojas (con muchísimo merito) un innovador en la literatura a la altura de otros innovadores tanto europeos como norteamericanos.

La gracia del autor de estos cuatro entrañables libros es hablarnos de personajes populares sin caer en los estereotipos; ahondar en su  compleja psicología, otorgarnos un montaje de su relato aparentemente desordenado y profundamente comprometido con las historias que nos cuenta. Hay en su universo literario tanto filósofos como anarquistas, esforzadas mujeres trabajadoras como prostitutas, sueños y frustraciones que son ofrecidos de primera mano, es decir, para nadie es un secreto que tras estos y otros escritos (como sus maravillosos cuentos, por ejemplo) existe una obra mayor que se apoya sin disimulos en las propias vivencias de infancia y juventud de un hombre que puede ser uno de tantos; lo que lo que se transforma en un enorme desafío para quienes, a partir de la obra Manuel Rojas, pretendan escribir sobre aquello que conocen. No hay mejor ejercicio literario que escribir sobre aquello que se conoce, y en aquello, Rojas era un verdadero maestro.

La propuesta de la Fundación y de la editorial rescata el nombre original que Manuel Rojas quiso darle a la primera novela sobre su alter ego; Tiempo Irremediable. La caja es un tesoro que cualquier amante de la buena literatura quisiera tener; ante la imposibilidad, un muy buen pretexto para correr a buscar en las librerías o en los persas o ferias los cuatro libros que nos comparten un mundo que para nada es algo del pasado. Sorprende e indigna la actualidad de estos mundos en un país que solía olvidar muy pronto. Eso que apenas hablamos de novelas; Manuel Rojas era también un gran cuentista y un documentado ensayista. Pero de aquello escribiré en otro momento. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Quelentaro

Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...

Casas de cartón

N o tenía la menor idea de que Marco Antonio Solis había grabado una versión de la canción, ni que vendieran casas de cartón para que jueguen los niños que pueden comprarlas. El caso es que buscando información sobre el (a estas alturas) innegable aumento de casas de cartón, palos y latones alzadas en la principal avenida de la ciudad en que transito, no me fue de ningún modo posible, evitar recordar una de las canciones de aquel furibundo, y dulzón, cantautor que fue el venezolano Alí Primera. Tenemos como nunca a vista y paciencia de quien use sus ojos para ver lo que no conviene de ningún modo mirar... a personas durmiendo en la calle. Puede ser que como una inevitable consecuencia de aquello del individualismo usted me pueda decir que son desarraigados, drogadictos y vagos que se niegan a ser responsables como aparentemente usted y yo lo somos pero, resulta que me he acercado a algunas de estas casas que juntas, frente a las universidades y clubes de gente bien, conforman fami...

Tres hermanos (1981)

C uando terminamos de ver una película que nos tuvo cautivados más por sus silencios que por sus contenidas actuaciones. Cuando oímos sorprendidos que los problemas de la justicia, las reivindicaciones sociales y del amor definitivamente parecen ser siempre los mismos y aún así, sentir un extraño estremecimiento minutos después de haberla terminado de ver; pienso que es una película que hay que ver. Tres hermanos es una película sobre hombres, sobre la manera en que sobrellevamos nuestras emociones. Dirigida por Francesco Rossi y protagonizada por Phillipe Noire , Michelle Placido y Vitorrio Mezzogiorno en los roles de los tres hermanos que vuelven al pueblo donde crecieron con motivo de la muerte de su madre. Allí les espera su padre, un conmovedor Charles Vanel , que parece ser, junto a su nieta (la que viaja con  su padre; el menor de los hermanos) los únicos que realmente sienten la perdida. Uno juez, el otro trabajador social en un hogar de niños con  diversa...