Un hombre mayor que yo del cual no viene al caso recordar ahora ni su nombre, ni la situación puntual en que intentó “aconsejarme” me sugirió que, habiendo ya pasado los quince años, era tiempo de que tuviese una polola. Le expliqué que no había encontrado todavía ni el tiempo, ni la mujer con la cual poder conversar, que no me resultaba nada fácil establecer una relación debido al profundo respeto que me producían las mujeres. Recuerdo hasta el día de hoy el rostro descompuesto de aquel hombre mayor al cual le faltaba madurar mucho todavía - él esperaba llevarme a mi primer prostíbulo apenas cumpliera los dieciocho años - sin alcanzar a entender aquellas futilidades de las cuales yo le hablaba. Me dijo bastante molesto que: si de verdad estaba esperando aquello es porque algo no andaba demasiado bien con mi hombría; que las mujeres a esa edad eran para besarlas y tocarles las pechugas. Creo entender su preocupación; lo que pasa es que por entonces yo era bastante extraño; del tipo que escucha a la mujer que quiere hablar de sus problemas de amor y no ha aprendido todavía a decir cosas tan prácticas y necesarias en una relación como: cállate y bésame.
Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...
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