Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la
violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.
La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.
Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.
La libertad es el
derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin
hipocresía.
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
Todo está dicho ya,
pero las cosas cada vez que son sinceras son nuevas.
Los amigos exagerados
son los mayores enemigos.
Trincheras de ideas
valen más que trincheras de piedra.
Sin sonrisa de mujer
no hay gloria completa de hombre.
En silencio ha
tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han
de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades
demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.
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