Estuve mirando un vídeo que daba una nueva interpretación al mito de la torre de Babel, aquella historia que puede ser encontrada en el Antiguo Testamento y que da testimonio de un Dios que no era un Dios de amor. El vídeo, cristiano por cierto, trata de explicar que sí y tiene buenos sustentos pero...más allá de ponerme a pensar las motivaciones de este o cualquier otro tipo de dios, el hecho de personas distintas entendiéndose al grado de ser capaces de edificar algo como aquella torre, es lo que, desde siempre, me ha dado en qué pensar. Sólo por si a caso, puede ser que alguien no sepa de qué estoy hablando, contaré que en Génesis (primer libro del Antiguo Testamento) se cuenta que todos los hombres de la Tierra hablaban la misma lengua y usaban las mismas palabras. Buscaban donde quedarse a vivir y llegaron a Senaar (Babilonia) y quisieron edificar una torre que les permitiera llegar hasta el cielo pretendiendo protegerse de otro diluvio (se supone que el mundo estaba habitado por los descendientes de Noé) y no tener que andar vagando por el mundo. También se dice que un soberbio emperador quiso demostrar el poder de su civilización, la cosa es que la misma Biblia dice: Yahve descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando y dijo: "He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una sola lengua; siendo este el principio de sus empresas, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros" (Génesis 11:19).
Escuché no a una, sino a varias personas decir que los extranjeros son los culpables de la delincuencia, de la falta de empleos y de que ahora nos miremos feo. La historia de Babel, la natural predisposición que tenemos para el que no habla o piensa como nosotros resulta ser el mejor argumento de que no nacimos para entendernos. El rechazo a costumbres distintas fue el germen de ideologías que bastante caras le costaron a la humanidad. Pensé en los dos tiranos por excelencia (Hitler y Stalin), dos caras de una misma moneda. Quienes son iguales son superiores, el que es distinto es un peligro, basura, escoria con la que se debe arrasar. Se debe procurar la pureza de la raza y del modelo. Nos la vivimos empezando torres que después abandonamos. Culpamos siempre a otros, decimos ser tolerantes y respetuosos pero no siempre logramos darle paz a nuestros pensamientos. La diferencia de ruidos, de colores es la base de las ferias libres que dieron origen a todas las civilizaciones, el orden y lo pulcro es merito de los vencedores. Roma, China, Israel por escribir algo. Vivimos tiempos peligrosos, como siempre, la gente que busca refugiarse de los diluvios en los que no todos se mojan. Aquellos y aquellas que cansados de vagar por el incomprensible desierto de las grandes civilizaciones que no les escuchan siquiera, buscan un lugar donde trabajar y dormir en paz junto a sus hijos y sus hijas. Es verdad que en toda migración humana se excusa desde siempre parte de la maldad y de la lacra que hace daño a quienes buscan comprenderse con el fin de edificar...aquella mentira, aquella maldad es la que debe ser señalada en las modernas torres de Babel, a ver si un día de estos llegamos a entendernos mejor.
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