Hace muy poco escuché que Julio Cortázar; "el gigante que no paraba de crecer" tenía acromegalia. Crecía 3 cm al año y por eso era, a sus 69 años, muy alto en relación a sus pares. Sabía desde hace muchos años que Manuel Rojas decía que medía 1mt.80cm cuando quienes le conocieron podrían jurar que media 2 metros. Ambos; el argentino-francés y el chileno-argentino han estado desde siempre en mi particular panteón de escritores predilectos. Todo cuanto escribieron quiero leerlo. A veces me permito comprarlo y leer una y otra vez aquellas generosas palabras que me han acompañado hace ya, mucho más de cuarenta años.
Hoy es el día del libro. En el trabajo se estuvo celebrando durante gran parte del día. Yo casi no asistí a las celebraciones. Estaba sentado en la sala de profesores (los días martes únicamente hago una clase en sala y el resto del tiempo es para preparar material para las clases de la semana). Me acompañaron algunos textos favoritos en audiolibros. Escuchaba a la vez que trabajaba y me acordaba de tantos momentos en que estos dos gigantes generosos compartieron conmigo los frutos de sus jardines abiertos a los niños y las niñas, de todas las edades, que han querido ser felices en ellos.
Imaginación, perseverancia y compromiso social más tarde que temprano. Piedra angular de las novelas latinoamericanas del siglo XX. Dos estilos, que aunque distintos, son únicos e irrepetibles. Ambos autores son pozos de fantasía y de realismo. Estoy muy consciente del despropósito que estoy escribiendo. Cortázar era el predilecto de muchos cuando solo escribía ficción. Manuel Rojas comenzó escribiendo poesía. En su edad adulta, el primero se hizo consiente del dolor y el desamparo de sus semejantes. Desde que era niño, el segundo, conocía las carencias de aquellos que nacen pobres.
Hijo de Ladrón (y las otras tres novelas sobre Aniceto Hevia) , Historia de cronopios y de famas, El vaso de leche y otros cuentos, El libro de Manuel...por nombrar, mezquinamente, algunos de los libros de estos muy grandes de la literatura en español. Valgan estas palabras como algo así parecido a un homenaje en el día en que se celebra a aquellos amigos (los libros y sus personajes) que nos han acompañado y nos han hecho pensar en lo real y en lo soñado. La literatura es evocación y recreación de las emociones humanas, una fiesta en la que quienes participan aprenden a valorar tanto a quienes son ineludiblemente realistas y a quienes terminan por ofrecernos una reinterpretación de todo cuanto consideramos cotidiano. ¡Qué entrañable regalo para quienes nos gusta leer es que hayan existido estos dos gigantes! que quienes les conocieron les hayan querido por las grandes personas que fueron y que hayan escrito libros, por cierto.
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